Pequeños deleites del puerto de Veracruz

Veracruz, Ver.- Las olas del mar que golpean al puerto de Veracruz son sólo uno de sus atractivos más visibles. Cuando se camina por el Malecón y las calles del Centro Histórico, uno encuentra callejones, estatuas, edificios y lugares con años encima que son un deleite para los visitantes.

 

Goleta “Iguala”: mar con historia

Veracruz, Ver.- La réplica de una embarcación que hace dos siglos formó parte de la primera flotilla para liberar a México de los españoles, surca la costa del puerto de Veracruz con al menos 30 turistas abordo provenientes de distintos estados que desean conocer el Fuerte de San Juan de Ulua.

Hacia el horizonte, un punto café se distingue del azul celeste del mar, es la goleta “Iguala”, una embarcación de 22.9 metros de largo, 6.39 de ancho y 1.47 de altura.

Goleta “Iguala”: mar con historia

 

Las estatuas del mar

Veracruz, Ver- Un hombre apunta con su dedo hacia el horizonte. Allá donde el cielo y el mar se unen por unos instantes y donde el sol se esconde durante las tardes calurosas del puerto de Veracruz.

Junto a él, un catalejo permanece firme a pesar del viento que sopla sobre el Muro de Pescadores, en la última sección del Paseo del Malecón.

Las estatuas del mar

 

Teatro de La Reforma, gigante cultural

Veracruz, Ver.- En la parte más alta del imponente edificio, enmarcado por arriba de la marquesina, en un relieve bordeado de blanco se encuentra escrito su nombre: Teatro de la Reforma. En 74 años en pie, el lugar es un referente de la cultura en la ciudad de Veracruz.

Cinco arcos al frente del primer nivel, forman parte de las puertas que permiten su ingreso al vestíbulo principal, todas de cristal sostenidos en herrería, que se bifurcan en líneas rectas y medias lunas.

Teatro de La Reforma, gigante cultural de Veracruz

 

La ermita vigía de los marinos

Veracruz, Ver.- El Centro Histórico de Veracruz, en otro tiempo una ciudad amurallada, es la casa de un Cristo de piel morena al que sus fieles imploran y agradecen en el altar mayor de un santuario atildado por detalles islámicos.

La ermita construida al estilo de los moriscos, descendientes de los musulmanes españoles obligados a convertirse al cristianismo en el siglo XVI, resalta en medio de un brusco y excitado puerto veracruzano.

La ermita vigía de los marinos

 

 

Gran Café del Portal, memorias de Veracruz

Veracruz, Ver.- Un portal trae del pasado la historia de toda una ciudad en medio del primer tintineo de la mañana. Con dos jarras en mano, un mesero vierte un chorro de leche sobre el café, cuyo aroma se queda hasta la noche.

El hombre de edad avanzada que pidió el café da un primer sorbo mientras observa desde el corredor de aquel portal cómo despierta la ciudad.

Gran Café del Portal, memorias de Veracruz

 

 

El callejón con dos personalidades

Veracruz, Ver. – El papel picado multicolor que cuelga de una cuerda se mueve de un lado a otro con el roce del viento, como pequeños danzantes que realizan su rutina en el cielo.

Entre el piso de concreto del callejón José Joaquín Herrera, se abren paso dos palmeras recién plantadas y lámparas de la época colonial que por las noches ilumina el lugar, nombrado así en honor a uno de los expresidentes de México.

El callejón con dos personalidades

 

El pasado en el Callejón de La Lagunilla

Veracruz, Ver.-Una cúpula se dibuja con perfecta definición en el horizonte flanqueado por dos edificios sostenidos sobre columnas y gruesas vigas de madera que se distinguen entre las cornisas y los balcones.

Los grandes muros que se levantan cinco y seis metros por arriba del suelo extienden su sombra en el paso que permite ingresar al Callejón de La Lagunilla, un sitio ubicado en el centro histórico de Veracruz que en un parpadear transporta al pasado.

El pasado sigue vivo en el Callejón de La Lagunilla

 

 

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